Contracorriente literaria


Los pilares de la tierra es el título del libro más famoso y vendido del popular escritor británico Ken Follet, y yo no lo he leído, punto y aparte.
Y además creo que después de esta contundente lapidación con gominolas no lo haré nunca. Todo lo contrario, por ejemplo, que El Diccionario del Diablo que sí que me zampare un dia de estos.

punto y aparte más tarde…

Yo de Ken Follett solo he leído (ya hace bastante tiempo) "La clave está en Rebeca" (que me gusto y entretuvo), y "El hombre de San Petersburgo" (que me engancho y entusiasmo sobremanera). En su momento fueron unas lecturas muy gratas que me dejaron un muy buen sabor de boca (conjuntamente con unos caramelos de limón ácido). Supongo que si los tuviera que leer ahora, que tengo muchos más libros a mis espaldas, y me he vuelto un snob pedante, se me caerían al suelo y les daría una patada redentora. Diría la típica parrafada peyorativa de los anti-Best Sellers militantes (tan sibaritas y clasistas ellos) que, en los libros famosos del populacho, encuentran a los personajes burdos, simples y llanos (sin profundidad sicológica por estereotipados) y con una trama insultante por inverosímil, facilona y previsible.

Bueno, como en la vida humana, un lector tiene que evolucionar y crecer, y antes de llegar al segundo peldaño, tiene que pasar por el primero. Es por eso que mi sobrino de dos años quiere dibujar círculos irregulares en las páginas sagradas de mis libros de Jardiel Poncela y me tira los lápices a la cabeza cuando le doy el sucedáneo de "La oruga Molly colorea". Y es que mi entrañable sobrinito es pequeño pero matón, analfabeto pero selectivo.

Dicho esto, y callado lo otro, tengo que decir que unos de mis placeres morbosos en esto de las controversias literarias es precisamente ver la mala leche de una critica negativa a un librito famoso que cuenta con una avalancha de fieles aduladores complacidos.
El aguafiestas tiene un trabajo sucio pero alguien tiene que hacerlo.
Ese punto negro, amargo y incomprendido me fascina.

Tienen un patron de comportamiento muy marcado; una ley no escrita que se cumple a rajatabla en, por ejemplo, estos comentarios críticos en la web de Anika:
Los pilares de la tierra
El ocho
La sombra del viento
El medico

El código da Vinci es la excepción que confirma la regla, se ve que es tan burdo y aberrante que el numero de detractores es bastante numeroso.

Y es que en estos tiempos paganos, en que estamos sumergidos, todo el mundo tiene teorías alternativas del fallecimiento de Cristo.

Punto y final.

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